Terry Gilliam podría haber sido miembro de The Zombies por méritos propios. El ex Monty Python se ha convertido en el autor de culto por excelencia. A pesar de tener una imaginación de oro y a los críticos de su lado siempre le ha faltado… un poco de buena suerte.
Lo cierto es que una de sus primeras experiencias post Monty Python como director no fue del todo buena… Jabberwocky (en castellano: La bestia del reino) es una películas bastante mala y aburrida, para qué mentir, pero sienta las bases de lo que llegará después (los mundos de fantasía, los efectos especiales, el humor Python…). Y hablando de mundos de fantasía: sus tres siguientes películas (Los ladrones del tiempo, Brazil y Las Aventuras del Barón Munchausen) pasaron con diferentes resultados, pero la clara perdedora es Brazil, una de las mejores películas de ciencia-ficción del cine que sintetiza Blade Runner, 1984 y el humor de los Monty Python en dos horas y media de película… y ni con esas fue capaz de recaudar ni siquiera para cubrir los gastos del rodaje.
Su éxito llegó dirigiendo y no escribiendo El rey pescador: creo que es de las pocas películas de Robbin Williams donde no quieres matarle de forma lenta y dolorosa, o no al menos hasta que comiencen los títulos de crédito. Con la inercia llegó Doce Monos donde Brad Pitt consiguió el Oscar al mejor actor. Si bien, a pesar de no estar acreditado como autor del guión, contiene toda la parafernalia fantástica que le ronda habitualmente por su cabeza.
Cuando te estás quedando sin ideas ¿cuál es la solución? Exacto: tomar drogas. Tomar muchas drogas. Y esto viene a resumir lo que sería su siguiente película: Miedo y asco en Las Vegas, basada en la novela del mismo nombre y en una paranoia de Gilliam, sin duda. Resultado: batacazo en taquilla… Y tras un fiasco qué mejor que otro para olvidarlo. En el año 2000 intentó rodar un film basado en Don Quijote: El hombre que mató a Don Quijote pero un bajo presupuesto y varios infortunios (como inundaciones donde normalmente no llueve o que el actor que hacía de Quijote se lesionase) hicieron que el rodaje se tuviera que cancelar. Sin embargo no todo fue tiempo perdido: de todo aquello salió el documental Perdidos en La Mancha.