No: aunque el título del post parezca un titular de La Razón o de Intereconomía hablando de Cuba o de la República Dominicana, en realidad me refieron a la saga Monkey Island, en concreto a su segunda parte.
Y aunque se crea que los videojuegos son cosa de gorditos vírgenes (que imagino que alguno habrá), los hay que están a la altura de las mejores películas de Hollywood… a nivel de historia, eso sí: hace años que «videojuego» es sinónimo de shooter. Las dos primeras partes de la saga Monkey Island (las que fueron diseñadas por Ron Gilbert, el creador de la saga) pertenecen a este grupo.
Monkey Island 2: LeChuck´s Revenge fue publicado un año después de su antecesor: en 1991. En aquellos tiempos, una pantalla de 320×200 píxeles con 256 colores ofrecían más calidad que los 324.324X232.133 pixels con anti-shading, flunger X2 y monguer-alising actuales… y seguro que Guybrush Threepwood está de acuerdo conmigo.
Para los que no conozca nada del mismo o del tema, se trata de una aventura gráfica: puestos en situación a través de una intro debemos avanzar en la historia solucionando puzles (lo sé… es una descripción muy escueta). Somos Guybrush Threepwood, un pirata cuyo objetivo es encontrar el mítico tesoro Big Whoop enterrado en alguna parte del Caribe.
Hablar de un punto fuerte en concreto para este juego es inútil: todo el juego en si merece la pena. Los gráficos eran impresionantes para la época. Aún hoy sorprenden por la calidad y los detalles de los mismos: los colores oscuros que nos acompañan en la isla Scabb, los colores vivos de las isla Phatt, el pantano, la guarida de LeChuck… así como las animaciones en la cantidad de personajes y situaciones que plantea el juego (mención especial para la animación cuando saltamos del barco en medio del mar).
La música es, simplemente, genial: una verdadera pasada. Estamos hablando de 1991: por aquel entonces (principalmente por el escaso espacio disponible en los equipos) los juegos no venían con audio digital, usaban MIDIs. El creador de la banda sonora Michael Land no sólo creó una deliciosa colección de temas para cada estancia, sino que además consiguió que esos temas «se fundieran» entre ellos creando unas transiciones de habitación a habitación completamente naturales (este sistema fue bautizado como iIMuse), lo que ayuda a meterse aún más en la historia. La historia… esa es otra: para no destrozar nada si aún no la has jugado sólo diré que tiene uno de los mejores finales que haya visto nunca (otros dicen justo lo contrario… pero para gustos…).
Hace menos de un mes, Lucas Arts (la empresa que desarrolló el juego) a sacado a la luz un remake que se puede decir que hace justicia al juego: es un Monkey Island 2 siglo XXI por tan sólo 10€.
Canción del final del juego (sospechosamente parecida a «The debt collector» de Blur)